Para obtener un jamón ibérico de alta calidad es necesario seguir una serie de pasos en el proceso de curación. El jamón ibérico es un producto gastronómico de gran calidad y sabor, con una larga tradición en España. En este artículo te contamos los pasos fundamentales para lograr un jamón ibérico de excelencia.
Índice de contenidos
¿Cuáles son las fases del proceso de curación del Jamón Ibérico?
La curación del jamón ibérico es un proceso complejo que requiere una gran atención al detalle y un conocimiento profundo de las técnicas de curación. A través de una selección cuidadosa de la pieza, un salado adecuado, un secado minucioso, una curación prolongada y una clasificación. A continuación os desvelamos los pasos de un proceso de curación.
1. Una buena materia prima
El primer paso es la selección de la pieza de jamón. Es importante elegir una pierna de cerdo ibérico de alta calidad, con una buena proporción de carne y grasa. La pierna debe estar limpia y libre de defectos, como también debe tener un peso adecuado para garantizar una curación adecuada.
2. El salado en el proceso de curación
Una vez seleccionada la pierna, se procede al despiece y al salado. En este proceso, se limpia y se deshuesa la pierna, se aplica una capa generosa de sal gorda. El salado se realiza en condiciones controladas de humedad y temperatura, seguidamente se deja reposar la pierna durante unos días. El objetivo del salado es preservar la carne y eliminar la humedad, y al mismo tiempo, aportar sabor al jamón.
3. Limpieza y secado del jamón
Después del salado, el jamón se somete a un proceso de limpieza y secado. Se limpia la sal de la pierna y se la deja secar al aire libre durante varios días. El secado es esencial para garantizar la formación de la corteza, que protege al jamón de la humedad y le aporta un sabor único.
4. Tiempo de Curación del Jamón Ibérico
Una vez seco, el jamón se coloca en un lugar fresco y ventilado para que continúe su curación. La curación puede durar entre 12 y 36 meses, dependiendo del tamaño y del tipo de jamón. Durante este tiempo, el jamón se somete a un proceso de maduración natural, en el que la carne se va deshidratando y concentrando, y el sabor se va afinando.
Finalmente, el jamón pasa a un proceso de clasificación y etiquetado. Se analiza la apariencia, el sabor y el aroma del jamón, posteriormente se clasifica en función de su calidad. El jamón se etiqueta con el nombre del productor, el lugar de origen y el período de curación.
Alba Romero, un jamón de curación natural y tradicional
En Jamones Alba Romero nos caracterizamos por un proceso de curación natural y tradicional. Nuestra empresa utiliza solo sal gorda y no utiliza conservantes ni aditivos artificiales. El jamón se cura en bodegas naturales y se somete a un proceso de maduración prolongado, lo que le permite desarrollar un sabor y un aroma únicos.
Cada pieza de jamón ibérico de Alba Romero es sometida a un análisis exhaustivo antes de ser etiquetada y comercializada. Los expertos en curación de la empresa realizan una serie de pruebas para evaluar la apariencia, el sabor y el aroma del jamón. Estas pruebas incluyen la medición de la humedad y la grasa, la evaluación de la textura y el color de la carne, y la valoración del aroma y el sabor.
El proceso de clasificación es esencial para garantizar que solo los jamones de la máxima calidad lleguen al consumidor final. Los jamones que no cumplen con los estándares de calidad de Alba Romero son descartados o utilizados para otras finalidades. Lo que permite al cliente tener la certeza de estar comprando un producto de alta calidad y autenticidad. En Alba Romero Jamones podrás disfrutar del auténtico sabor de una Paleta de Bellota o un Jamón Jabugo de Alba Romero.